Fragmento del

- Capitulo Catorce -

Los Años por Venir

Manejando la Ira

Una de las cosas de las que tenemos que estar totalmente conscientes, es que estos cambios van a amenazar definitivamente al ser falso limitado y frágil de nuestra defensa del ego. Esto generalmente ocasiona que el ego entre en batalla con el ser del alma en surgimiento. Esto seguramente sacará capas de ira y cólera.

Necesitamos recordar que nuestro sistema de defensa fue creado por un niño pequeño llevando a cabo su supervivencia. Para él parecía una cuestión de vida o muerte. Necesitamos hacernos cargo de nuestras vidas como adultos en crecimiento, pero necesitamos practicar compasión con nuestros seres internos para permitirnos sanar.

Es útil darnos cuenta de que la ira sólo llega cuando nos sentimos menospreciados o amenazados. Conforme comencemos a sanar nuestras heridas y a movernos hacia perspectivas adultas, pasaremos a través de la ira hacia elecciones más integradas. Hasta entonces, necesitamos darnos cuenta de que la ira es una petición a la vida. Es realmente nuestra pasión por la vida enfocada a través de la defensa.

Sólo cuando permitimos que nuestra ira salga, dirigida en formas sanas, podemos liberar su carga. Debajo de la ira siempre hay sentimientos heridos. Conforme nos movemos a través de las capas de ira, podemos llegar a esas partes más profundas de nuestras heridas internas y distorsiones.

Muchos de nosotros no hemos estado dispuestos a enfrentar nuestra ira. La razón es que rara vez hemos visto un modelo sano para manejarla. A la mayoría se nos enseñó, ya sea con palabras o con el ejemplo, que la ira no es aceptable. También la hemos visto, típicamente, representada contra alguien más en defensa y con daño.

De lo que el niño no se da cuenta, es de que cuando suprime su ira, esta no desaparece. Esta también está almacenada en las células de nuestros cuerpos. Con el paso del tiempo, la energía se acumula como cólera. Si se mantiene en el cuerpo, eventualmente la actuamos contra nosotros. Por ejemplo, la ira no expresada es la energía principal que se manifiesta como cáncer en nuestros cuerpos. La ira en esos casos comienza a comernos desde adentro.

La razón por la que los científicos han llamado a este tipo de enfermedad un problema hereditario, no es porque nos hayan transmitido algunas células defectuosas cuando nacimos. Lo que nos transfieren son los patrones emocionales que conducen a esta manifestación particular. Recuerden que nuestro cuerpo emocional programa al ADN, que entonces instruye a nuestros cuerpos sobre la forma como desarrollarse. Esta es una confirmación más de que podemos trascender las limitaciones de enfermedad, conforme aprendemos a hacer elecciones saludables para liberar nuestros cuerpos emocionales negativamente cargados.

Necesitamos opciones saludables. Necesitamos un espacio seguro para liberar la carga de esta energía. Los ejercicios de patear en la cama o de desahogarnos con un bate de plástico con los cojines, son muy útiles. Una vez que la energía se ha neutralizado, podemos crear interacciones más claras entre nosotros. Conforme empecemos a comunicarnos desde una posición menos cargada, estaremos más limpios para identificar la verdad de nuestros sentimientos.

Al sacar nuestros sentimientos, podemos comenzar entonces la opción más sana de tomar responsabilidad por nosotros diciendo, “Estoy enojado porque me siento muy inseguro o fuera de control. No me gusta sentirme de esta forma, pero estoy aprendiendo cómo sentirme seguro con todos mis sentimientos.”

Si se maneja la ira con responsabilidad, nos movemos rápidamente a través de ella hacia los sentimientos que se encuentran realmente debajo. Podemos entonces movernos hacia una comunicación sana, estableciendo límites claros y desarrollando verdadera intimidad con los demás. Entonces estaremos en el camino correcto para satisfacer nuestras necesidades auténticas.

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