- Capítulo Once-
Las Iniciaciones
La
Tercera Iniciación Planetaria
La tercera iniciación
sagrada, la Transfiguración en el Monte,
también se llevó a cabo en el chakra del corazón
de Perú, en septiembre de 1997. Ese espacio estaba ahora
preparado por las energías del Arca de la Alianza. Esta
es la iniciación en donde Cristo se fue a la cima de
la montaña, para ser ungido con la energía del
Espíritu. Esto se reflejó bellamente en nuestra
tercera iniciación, mientras nos movíamos hacia
la cima de una de las montañas en los Andes, para acceder
a la misma energía del Espíritu.
En esta iniciación,
comenzamos a salir de una realidad de supervivencia en el ser
inferior, conforme el chakra planetario se abría por
primera vez en nuestra historia. La energía del Espíritu
y el séptimo rayo inundaron ese vórtice de energía,
que permaneció abierto esta vez durante diez días
aproximadamente, desde el 12 hasta el 22 de septiembre. Este
evento cambió, una vez más, la faz del planeta
como lo hemos conocido.
Hubo diversas sincronías
poderosas que sucedieron en el macrocosmos y que nos prepararon
para la apertura de nuestros corazones. Sólo unas cuantas
semanas antes de esta iniciación, nuestro mundo fue sacudido
por la muerte de dos figuras importantes.
Primero experimentamos
la inesperada muerte de la princesa Diana, lo que creó
un gran impacto en nuestro mundo. Su funeral fue observado por
aproximadamente un billón de personas, quienes se unieron
para compartir un día de luto planetario. Para muchos,
Diana fue un modelo de compasión, un aspecto poderoso
de la energía del corazón. Como planeta, respondimos
a su muerte abriendo nuestros corazones en una escala sin precedente.
La segunda figura
mundial que perdimos en ese corto tiempo, fue la Madre Teresa,
cuya vida retrató una conexión con el alma. Esas
poderosas mujeres, pasaron gran parte de sus vidas enfocadas
en llevar la atención hacia elementos de nuestra sociedad,
que se han mantenido en juicio durante mucho tiempo. Esto nos
dio a todos la oportunidad de enfocarnos en una escala global,
en la forma como hemos mantenido sin reclamo y en juicio a muchas
partes heridas de nuestro ser.
Aunque ambas muertes
fueron indudablemente eventos de gran pérdida, todas
nuestras almas están conectadas a un plan mayor. Ya hemos
visto algunas de las formas en las que servimos unos a los otros,
representando nuestras piezas sagradas individuales de este
rompecabezas de creación. En el caso de estas muertes,
la princesa Diana y la Madre Teresa nos sirvieron a todos a
un nivel del alma.
Sus muertes crearon
una oportunidad para que todos nos uniéramos en la apertura
de nuestros corazones, mientras nos movíamos hacia nuestra
tercera iniciación. Con la mayor compasión y gratitud,
uno podría decir que la princesa Diana y la Madre Teresa
sirvieron al planeta no sólo con sus vidas, sino también
a través de sus muertes.
Hubo otro evento
significativo que ocurrió también durante este
tiempo. Sólo unos días antes de la tercera iniciación,
un gran fuego incendió las montañas que rodean
Machu Pichu. En ese evento, tres montañas completas se
quemaron de abajo a arriba, formando un triángulo alrededor
de las ruinas sagradas. De acuerdo a fuentes que estuvieron
en ese momento en el área, el fuego estaba fuera de control
y se movía justo hacia el borde de Machu Pichu. Conforme
se aproximaba al sitio con su destrucción potencial,
lluvias torrenciales llegaron de la nada y apagaron el fuego
en aproximadamente treinta minutos.
El fuego fue significativo
para nuestro proceso de Ascensión. El fuego es el elemento
de transformación y transmutación. El fuego sirvió
para transformar y limpiar energéticamente, el área
alrededor del corazón. Estos eventos llevaron el enfoque
mundial y la purificación hacia Perú, justo cuando
nos estábamos preparando para abrir el corazón
de nuestro planeta. Tal y como nuestros corazones bombean vida,
sangre y oxígeno al resto de nuestros cuerpos, las energías
contenidas en el chakra planetario se estaban preparando para
liberarse hacia el resto del mundo, a través de las líneas
energéticas Ley. Las líneas Ley son los vasos
sanguíneos energéticos que conectan a todas las
partes del planeta con su corazón.
Una vez que recibimos
las energías del Espíritu en la cima de la montaña
en la Transfiguración, el siguiente paso
fue tomar estas energías superiores y anclarlas dentro
de nuestras vidas físicas. Esto es exactamente lo que
hizo Jesús al representar las iniciaciones durante su
vida. Es cuando comenzó su ministerio, compartiendo su
mensaje de amor. A una escala planetaria, esto fue demostrado
en el proceso de iniciación, al movernos desde la cima
de la montaña en los Andes, de vuelta hacia el punto
de anclaje de Egipto para la siguiente iniciación.
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